No elegimos de quien nos enamoramos, no se puede controlar. No es algo que ocurra poco a poco si no que a lo bestia, arrasa como un tsunami, un tsunami no elige que destruir, simple, arrasa todo. Y el corazón no entiende de edades, ni qué dirán, ni nada.
Me he bebido tu jodido nombre en cada copa, chupito, y cubata.. olvidándome de ti, volviendo a la realidad con resacas que duran más que tu amor por mi.
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