Tu mirada es de fuego y mi cuerpo de cera. Tu eres mi verso, pluma, papel y sentimiento, la noche yo y tú la luna, tú la cerveza y yo la espuma.
Tengo ronca el alma de quererte en esta soledad llena que me ahoga; tengo los ojos llenos de luz de imaginarte y tengo los ojos ciegos de no verte; tengo mi cuerpo abandonado al abandono, y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte; tengo la voz tosca de hablar con tanta gente, y tengo la voz preciosa de cantarte; tengo las manos agrietadas de la escarcha, y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte; tengo soledad, luz, alegría, tristeza, rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas...
Y también te tengo a ti, preciosa,
caminando por las venas con mi sangre.
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