A medida que vamos creciendo, comienzan los desafíos… Alejarnos del pecho de mamá,empezar a sostenernos en nuestras propias piernas, caernos, levantarnos, llorar porque queremos abrazos, mimos, besos, llorar por hambre, por dolor, reír copiando la sonrisa de mamá, esperar los brazos o a veces desgraciadamente los destratos… Y comenzamos a no entender, a fabricarnos la armadura, a escapar del miedo, a cansarnos, a dudar de nuestra propia capacidad.
Comienza la vida social: los hermanos, los familiares, los no conocidos, los amigos, el colegio, los maestros, la calle, las obligaciones, la diversión… la vida… Empezamos una vertiginosa carrera que generalmente se inicia con gran alegría y muchos apoyos… y vemos que en esa carrera, algunos desisten, otros apenas corren, otros se juntan como rebaño y van atrás del que va primero, corren cada vez más para tratar de seguir en carrera y alcanzar al líder… pero se pierden las maravillas del camino, porque sólo miran para adelante… Alguno que puede ver más, se empieza a distanciar, se encuentra más solo, con sorpresas, precipicios, curvas desconocidas, problemas, caídas y hasta ganas de no seguir caminando porque piensa que “no vale la pena”. Pero sí, sí, que vale la pena, porque recuerda quién puede hace, y quién no critica.
Comienza la vida social: los hermanos, los familiares, los no conocidos, los amigos, el colegio, los maestros, la calle, las obligaciones, la diversión… la vida… Empezamos una vertiginosa carrera que generalmente se inicia con gran alegría y muchos apoyos… y vemos que en esa carrera, algunos desisten, otros apenas corren, otros se juntan como rebaño y van atrás del que va primero, corren cada vez más para tratar de seguir en carrera y alcanzar al líder… pero se pierden las maravillas del camino, porque sólo miran para adelante… Alguno que puede ver más, se empieza a distanciar, se encuentra más solo, con sorpresas, precipicios, curvas desconocidas, problemas, caídas y hasta ganas de no seguir caminando porque piensa que “no vale la pena”. Pero sí, sí, que vale la pena, porque recuerda quién puede hace, y quién no critica.
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