La silueta del pecado... Diseñada para mí.

Siento que lo hicimos mal, que nos fuimos tarde, o sea, demasiado pronto. Que tus besos no eran para mí, que tu boca bebía de otras. Que estoy borracho en un bar que te recuerda, porque el alcohol sólo habla de tí. Y qué hago sino deshacerme, buscarte en cada una de mis heridas por si la lames. Pero somos demasiado silencio para tantos besos que quisimos decirnos...