Ir al contenido principal

Mi marbella cuanto te voy a echar de menos

Disculpen el retraso. Estaba aferrado a la barra, pidiendo la última, con las luces encendidas y gritando “Del barco de Chanquete no nos moverán” mientras los puertas me sacaban a rastras del verano. Qué quieren que les diga. Nunca he encajado demasiado bien esto de que se acabe el verano. Será que septiembre sabe a copa aguada, a derrota en la prórroga y a beso de despedida. Será que el verano siempre se va con los zapatos en la mano y sin dejar una nota en la mesita de noche. Será lo que sea que será. Y no es que septiembre no me guste. Es que el verano me gusta demasiado. Septiembre es como quedar a cenar con una chica justo después de una apasionada relación de varios meses con la que crees que es la mujer de tu vida, una mujer que va siempre en bikini, vive en la playa y está perpetuamente morena y de juerga, bebiendo copas en el bar de la playa y moviendo la cintura al ritmo de Carlinhos Brown. O de Jimi Hendrix. No eres tú, Septiembre. Soy yo. Cause you´re a lovely girl, but just not for me.Septiembre siempre acaba volviendo. Como los supervillanos archienemigos de las películas que, cuando parecen muertos y enterrados, sacan el puño enhiesto de entre la grava en la última escena, sedientos de venganza. Así es septiembre. Siempre vuelve. Siempre tiene la última palabra. Como Darth Vader, el Joker o tu madre.
Espero que hayan tenido un verano divertido. El mío ha sido intenso, que es como tienen que ser los veranos. He roto mi enésimo teléfono móvil. He jurado amor eterno a mi nuevo helado favorito: limone

 e pistacchio, una combinación de sabores tan perfecta que debe ser inmoral. Calculo que me habré enamorado, en un escenario conservador, de aproximadamente 700 chicas napolitanas en la isla de Panarea.
(...)
Ha sido un verano inolvidable.Ojalá hubiera sido interminable.
Pero a todo cerdo le llega su San Martín. Y uno está tranquilamente viendo la vida pasar en alguna terraza cuando, de repente, empiezan a sonar anuncios por doquier sobre la vuelta al cole, haciendo que tu niño interior rememore viejos traumas y muera un poco por dentro. Y vuelve a aparecer en el informativo de Matías Prats, como si de El día de la marmota se tratara, la misma psicóloga laboral de todos los años, con cara circunspecta, hablando sobre cómo combatir la depresión postvacacional, recomendando que hay que tomarse la vuelta al trabajo con “filosofía” y subrayando que “es importante beber mucha agua”, consejo muy versátil que por lo visto debe valer para combatir una ola de calor, la vuelta al trabajo o el ataque de una orca asesina. Me gusta tanto el verano que me niego a aceptar que se acabe, a pesar de notar las garras de septiembre cerniéndose sobre mí y de ya andar por las calles de Madrid como un poeta atribulado paseando por París, abatido por la certeza inexorable del Tempus Fugit y como si estuviera escribiendo El libro del desasosiego de Pessoa. Pero hay que ser fuertes y volver con ganas. Porque los hombres de verdad, los tipos duros no lloran ni miran hacia atrás en las explosiones....

Comentarios

  1. Me ha encantado cómo lo has expresado, sobre todo porque yo también lo siento así. Para mí ha sido un verano especial, de los que más, y no puedo creer que en un abrir y cerrar de ojos Septiembre haya regresado, y el verano se haya marchado. Ahora toca volver a la rutina, y poco más que pasar día a día con la esperanza de que el próximo verano no se haga de rogar, y regrese pronto.
    Nos leemos cielo, estaré por aquí más a menudo. Te espero por Un Mundo de Verdad
    Me haría mucha ilusión, un besote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimas gracias, cualquier cosa del blog o lo que sea escríbeme! Me paso por un mundo de verdad ahora. Besitos x

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

con una condición... SI JUEGAS CONMIGO QUE SEA EN MI CAMA

Me he bebido tu jodido nombre en cada copa, chupito, y cubata.. olvidándome de ti, volviendo a la realidad con resacas que duran más que tu amor por mi.

quería decirte como te he dicho otras veces, que pase lo que pase estoy aquí

Si alguna vez me creí el mejor, fue porque ella lo dijo.

Solo te queda su huella, pillar la botella y decir: vale, la siguiente no va a ser como ella...