Soñaba que no crecía y para siempre sería joven. Cincuenta y pico inviernos, llenos de hojas secas...Y sus veinticinco pecas resumidas en un sueño si, del que nunca despertara, por mas gallos que cantaran la tristeza le abrazaba.
Me he bebido tu jodido nombre en cada copa, chupito, y cubata.. olvidándome de ti, volviendo a la realidad con resacas que duran más que tu amor por mi.
Todavía me acuerdo de ese verano. Mi soledad y tu soledad se acostaban juntas jugaban a juntar trozos, maderas del galeón hundido. Nos besábamos con verdadero dolor como quien se aferra a una tabla en medio del océano con la piel en el presente y la cabeza en el pasado, recordando fechas, olvidando promesas y nos sumergíamos en la noche de las piernas sorteando el miedo como en una carrera de obstáculos contra los monstruos del desaliento, queriendo volver a ser los príncipes de un castillo incendiado.
Hay mujeres que me gustan para quererlas, otras me gustan para follar, y viajar a París por unas horas entre sus piernas. Otras me gustan para hablar de sentimientos, o de ropa. Otras solo cuando ríen, para verlas reír. Otras para abrazarlas. Otras para que escuchen y poco más. Otras para contarnos cosas grandes, pequeños secretos.. ...Pero tú amor, tú me gustas para todo.
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